Una representación de la Asociación Amigos del Órgano «Manuel Marín» de Valladolid visitó Garrovillas el fin de semana del 12 y 13 de mayo pasado, desplazados expresamente para conocer el órgano renacentista de Santa María. Encabezados por la organista y presidenta de la Asociación, Mercedes Muñoz Olmedo, estuvieron presentes la vicepresidenta Marce García Cuadrado, organista de Villalón de Campos, David Herrero Calvo, secretario, y Carlos Estébanez, tesorero. Tuvieron ocasión, además, de interpretar en su teclado piezas del repertorio renacentista, mostrando su asombro por el sonido y expresividad de nuestro instrumento.
Al final de la visita mostraron su satisfacción y admiración por el órgano renacentista y expresaron su voluntad de seguir manteniendo relaciones con nuestra Asociación intercambiando ideas y proyectos musicales. Todos ellos firmaron en el libro de oro del órgano garrovillano que ha recogido el paso y la admiración de destacados intérpretes, musicólogos y personalidades de la cultura que se han desplazado a Garrovillas para conocerlo o tañerlo.
Durante su visita a Garrovillas fueron atendidos por miembros de la directiva de la Asociación «Marcos Durán» Pedro Dómine, Conchita Pizarro y Salvador Valle. Los acompañaron durante una visita turística a la localidad, incluyendo el Museo Etnográfico.
La Asociación «Manuel Marín» se creó en 1980 con el fin de desarrollar un programa de inventario, restauración y revitalización de los órganos históricos de la región de Valladolid. Han publicado el libro «El órgano en Valladolid y su provincia: catalogación y estudio». En años sucesivos se acometió la limpieza y puesta a punto de algunos instrumentos, que se encontraban en aceptable estado, y la restauración de otros, logrando que volvieran a sonar en esta primera actuación unos 16 instrumentos. En 1981, un año después de su fundación, se realizó la primera convocatoria del «Curso de Iniciación al Órgano Barroco Español». En los treinta y siete años de existencia del curso, han salido cerca de mil alumnos que a ellos han asistido, profesionales del órgano que llegaron, algunos adolescentes, y allí descubrieron su vocación organística, tanto en el campo de la organería, como en el de la interpretación, la enseñanza y la investigación.