La fecha de construcción del órgano de Garrovillas de Alconétar continúa siendo una de las principales incógnitas todavía no desveladas. Hasta ahora, la fecha más remota de la que tenemos referencia documentada es la de 1578, en la que se especifica la remuneración de 6.000 maravedíes anuales del primer organista conocido, Francisco Díaz, que se mantuvo en el cargo hasta 1594.

La siguiente referencia es de 1595. En  ella se declara que el maestro organero italiano Horacio Fabri recibió 10 ducados por afinarlo. En 1615 es reparado por el maestro organero de Brozas, Joan Amador, y en 1677 el órgano se traslada a Trujillo para someterlo a una reparación importante por parte de Juan Amador el joven, como figura en una de las tablas del frontal del órgano.

Estas son, pues, las referencias documentales ciertas. Pero recientemente el investigador garrovillano Santiago Molano Caballero, coautor del libro «Órganos, organeros y organistas de Garrovillas de Alconétar», acaba de ofrecernos un hallazgo que, de confirmarse, adelantaría en el tiempo la existencia del órgano de Santa María varios años antes, concretamente a 1554. Santiago Molano ha descubierto en el archivo diocesano de Coria-Cáceres las Ordenanzas de la cofradía de Santa Lucía de la parroquia de Santa María fechadas en el referido año de 1554 y en su página 5 se escribe textualmente: …»Y ten mandamos que cada mes del año se diga una misa cantada con sus órganos y que esta se haga misa se diga el segundo domingo de cada mes como es costumbre y se pague de limosna real y medio como es costumbre y se haga señal con la campana mayor y sea una hora antes de la misa mayor…«. Es lógico deducir con absoluta certeza que la referencia a los «órganos» se refiera al actual órgano renacentista que, por otra parte, tiene ya otra signatura cierta 24 años más tarde (1578) con la fijación de estipendios a favor de Francisco Díaz.

En las mencionadas Ordenanzas de la cofradía de Santa Lucía existe otra anotación interesante para documentar la antigüedad del órgano garrovillano y corresponde al libro de visitas que empieza en 1586, y en cuya fecha se anotan 850 maravedís pagados a un afinador del órgano: «Más dava de gasto ochoçientos e çinquenta maravedís que dezía aver pagado a un afinador del hórgano«.

Y por último, en las cuentas de 1590 se recoge otro apunte importante, como es el de los 1.870 maravedís dados a la persona que limpió el órgano.

El hallazgo documental de Molano Caballero de alguna forma parece confirmar la hipótesis que se viene barajando últimamente entre los estudiosos de la historia del órgano en el sentido de que fue construido «ex profeso» para la inauguración de la iglesia y para el sitio en el coro que todavía hoy ocupa, hecho que ocurrió en 1520. Es probable, pues, que el pasado año se cumpliera el 500 aniversario del órgano de Santa María de la Consolación.