Cómo he disfrutado escuchando la admirable grabación de música de la época, interpretada en vuestro órgano renacentista por el eminente organista italiano Francesco de Cera. ¡Qué delicia de sonidos y de interpretación! ¡Gracias por hacerme participe de ese banquete espiritual que, debido el buen hacer de la discográfica, podemos gustar quienes no tenemos la fortuna de estar en Garrovillas!
Me tocó vivir con intensidad los avatares de las obras de restauración de la Iglesia de Santa María de la Consolación, afectada por problemas estructurales tan graves que amenazaban con el derrumbe. La recuperación del órgano me cogió ya ejerciendo el ministerio episcopal por tierras manchegas, donde Cervantes encarnó la admirable parábola de Don Quijote y Sancho.
Garrovillas tiene personalidad propia, solera y sabores de vino añejo. La recuperación del órgano de Santa María pone la guinda al rico patrimoniode sus monumentales iglesias y de su admirable arquitectura popular, significativamente presente en su Plaza Mayor porticada. ¡Enhorabuena a quienes hicieron posible la recuperación del órgano y a quienes seguís empeñados en poner en todo su valor histórico-artístico esa, hasta hace poco, desconocida joya de órgano!
Alguna vez leí que el órgano, más que un instrumento, es una orquesta. Como si la variedad de tubos, trompetas y registros reprodujera los distintos instrumentos que la mano sabia del organista, como batuta mágica, armoniza para regalarnos un torrente de belleza inefable.
Mejor que yo lo decía el Papa Benedicto XVI al inaugurar elórganodetubos dela antigua capilla de la Colegiata de Ratisbona: “El órgano se considera el rey de los instrumentos musicales, porque recoge todos los sonidos de la creación y da resonancia a la plenitud de los sentimientos humanos, desde la alegría a la tristeza, desde la alabanza a la lamentación- Además, trascendiendo la esfera meramente humana, como toda música de calidad, remite a lo divino. La gran variedad de los timbres del órgano, desde el piano hasta el fortísimo impetuoso, lo convierten en un instrumento superior a todos los demás. Es capaz de dar resonancia a todos los ámbitos de la existencia humana. Las múltiples posibilidades del órgano nos recuerdan, de algún modo, la inmensidad v la magnificencia de Dios”.
Después de este texto, ¿qué podría a yo añadir? ¡Enhorabuena Garrovillas! Que siga sonando vuestro órgano para gloria de Dios y deleite de los oyentes.
+Ciriaco Benavente
Obispo de Albacete