Esta mañana fría y lluviosa del agosto holandés he visitado la «Sint-Janskerk», en Gouda (sí, la ciudad de los famosos quesos). Es la iglesia de los Países Bajos con mayor longitud y excelente acústica. Esta hermosa catedral, que hubo de sufrir los embates iconoclastas de la Reforma y algunos incendios, conserva magnificas vidrieras y un deslumbrante órgano antiguo. En otro moderno, fabricado y donado (1975) por Leeflang/Keyzer, tocaba un joven músico. La fortuna nos hizo disfrutar, inesperadamente, de sus soberbias melodías.
Por la noche, al regresar a nuestro domicilio en Utrecht – casa que hemos intercambiado por la nuestra de Conil -, me llega la solicitud de José Julián. Sólo puedo sumarme desde este terruño en buena medida arrebatado al mar merced al ingenio de tanta gente (recuerdo que Arias Montano explica en la Naturae Historia el funcionamiento de los polders), adherirme al empeño de mi amigo para que el órgano de Garrovillas encuentre mecenas sensibles, capaces de asegurar el porvenir de tan valiosísima joya, orgullo de Extremadura.
Manuel Pecellín
Secretario de la Real Academia de Extremadura