En 1722 Juan Sebastián Bach publicó su célebre Das wohltemperirte Clavier, en español El teclado bien templado: son 24 Preludios y fugas, desde el Do mayor hasta el si menor, en cada uno de los 24 tonos y modos de la afinación igual: todos los tonos y los medios tonos estaban a igual distancia, y con este sistema se acaba la música que llamamos antigua y comienza la moderna. Tiene como principal ventaja que se puede modular (cambiar de tonalidad en el curso de la obra) hasta el infinito. Pero el título es erróneo, pues la mayoría de los intervalos están ligeramente mal templados.
Por entonces, todos los instrumentos musicales adoptaron este sistema, y los instrumentos más antiguos que aún quedaban, también. Con una excepción conocida, la del órgano renacentista de la iglesia de la Consolación en Garrovillas de Alconétar, que conserva milagrosamente el sistema de afinación anterior, el de dos tipos de tonos, mayores y menores, y la necesaria repercusión en todo el sistema. Para el oído moderno puede resultar un poco desconcertante, pero es así como sonaba toda la música anterior a Bach: entonces, sí, mejor templada.
Antonio Gallego
Real Academia de Extremadura, profesor de Musicología